27 de diciembre de 2015

Peldaños e indiferencia

A pesar de sus 72 años, el viejo va subiendo la pequeña escalerilla de metal. Peldaño a peldaño va sintiendo oleadas explosivas de intuición y verdades absolutas. Está descalzo, siente el frío en los pies y lo primero que sabe con certeza es que está soñando. Asciende y siente que su corazón se aliviana, ha dejado el egoísmo atrás. Como escamas viejas pierde la falsa humildad, luego el miedo al fracaso y al fin, la envidia. La escalerilla termina, del otro lado está el tobogán. Se sienta y se deja llevar hacia la oscuridad, se desliza inexorablemente hacia la indiferencia.



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