24 de noviembre de 2015

Fiebre

Sí, sí... Otra vez ataca.
Esta fiebre efervescente
que fulminando de un explosivo golpe
todo resto de brillante fugacidad,
transforma todo en tenso aburrimiento gris.

Y mientras veo como lentamente
surge un brote de apestoso hedor,
me defiendo con este tedioso espasmo
de negro centellar.

Es entonces que agobiado
dejo caer mis brazos y mi ánimo,
resoplo y apago la luz.




19 de noviembre de 2015

Fuck it

Escribo en la poesía de la muerte
bordeando el camino hacia la luz
barrido infernal hacia aquel corazón
que me espera con su carne, alma y mente.

Qué será de mi en la confusión
qué espera hay detrás del tiempo
qué muerte hay después de la vida
¿y si la vida no es mas que otra canción?



17 de noviembre de 2015

Efervescente

Efervescente roja sangre
corre por mis venas viejas
aunque jóvenes en años.
Esquivo mugre, esquivo barro
escapo a mis penas viejas
a mis muertes negras danzantes.

Y ante el cielo amenazante
no me escondo, no me apuro.
Sé que me espera tu encanto
tu desafinado "hasta cuándo",
y tal vez un largo murmuro
de oscura paz reinante.



10 de noviembre de 2015

Pirámide

Hoy.

Sin mirar atrás.
Con razón, con sentido.

Las fibras se estiran, estiran.
Dando a la tierra con el pie, y con el riñón también.
Gesto fálico, gesto expansivo.

La misma necesidad.
Aguas turbias.

Istmo.


5 de noviembre de 2015

Impaciencia china

Ese mismo, sí, ese mismo.
El que está ahí al costado.
De marca rara, palabras chinas.
En la góndola inadvertida.

Mira paquete, abre paquete,
tira papel, pisa papel ¿abre paquete?
No, no abre, se terminó.
Era el único de su especie.

No es hora de lamentos, no.
Ya todos lo saben tanto.
Hubieras saboreado mejor,
hubieras sentido el tacto.

¿Qué importa? Dirás, hay tantos.
Con tus consuelos obligados.
Es que no es hora de lamentos,
ya todos lo saben tanto.




3 de noviembre de 2015

Y la muela empieza a doler

Fuego, ardor, brasas, calor
quema el pecho el sol
mientras cada paso que doy
se aplasta al alquitrán.

Cansados y fruncidos mis ojos ven
entre olas eléctricas de sabana citadina
una puerta que se abre al sol
mientras otra cerrada espera por la luna.

Un difuso montón de gente que miente
corre violento a mi lado y me ignora.
Y yo con mi verdad derretida
apago el fuego con mis huesos.

Trago saliva, cierro los ojos
pero no hay escape del rojo.
Rechino los dientes al morderme
y la muela empieza a doler.

Si la peor violencia es la mentira
y la verdad tan pura es violenta
no hay escape, no hay paz.
¿Algo más hay que pueda yo hacer?

Esperar a que pase, me responde su voz
¿Esperar? pregunto yo.
Y el silencio violento y filoso
se funde en el dolor de la verdad.

La realidad duele y dolerá, le dije.
Y se calló.

















"Fire" Jenn Shifflet